Té de Ashwagandha
El té de ashwagandha es ideal para tomar de 1 a 2 veces al día, enfocándose en sus propiedades anti-estrés. Es recomendable tomarlo por la mañana para reducir los niveles de estrés y empezar el día con mayor calma y equilibrio. También es ideal consumirlo por la tarde o noche, especialmente después de un día agitado, para favorecer la relajación y mejorar la calidad del sueño. A diferencia de otros tés, no contiene cafeína, por lo que puedes disfrutarlo antes de dormir para ayudar a tu cuerpo y mente a relajarse sin afectar el descanso.
Instrucciones para preparar té de ashwagandha en polvo
Medir el polvo: Usá una cucharadita de ashwagandha en polvo (aproximadamente 1-2 gramos).
Calentar el agua:
Calentá 1 taza de agua (250 ml) utilizando una pava eléctrica, un microondas o en la hornalla. Asegurate de que el agua no hierva completamente (alrededor de 80-85°C).
Si usás el microondas, podés calentar durante 30 segundos a 1 minuto, dependiendo de la potencia.
Mezclar el polvo: Añadí el polvo de ashwagandha al agua caliente y revolvé bien hasta que se disuelva.
Dejar reposar: Dejá reposar el té durante 3-5 minutos para que el polvo se asiente y libere sus propiedades.
Colar: Después del reposo, colá el té con un colador fino o de tela para evitar que queden restos de polvo en el fondo.
Opcional – agregar endulzante: Si lo preferís más dulce, podés añadir miel, stevia o tu endulzante favorito.
Tomar: Disfrutá del té mientras aún esté caliente. Revolvé de vez en cuando si no lo colaste, para que el polvo no se asiente.